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14-04-2022

Una F455 XP al servicio de la «Tía JU»

Tiempo de lectura: 2.7 min

Una grúa F455A llegó al rescate del avión «Tía JU», un avión alemán Junkers que pronto celebrará su centenario. Pese a que ya no puede volar, el JU 52 sigue siendo un símbolo del siglo XX en la historia de la aviación alemana y europea.

Hasta hace unos meses, el Junkers 52 tenía su hogar en el hangar Hugo Junkers, cerca del aeropuerto local de Mönchengladbach. En mayo, WDL Luftschiffgesellschaft decidió trasladar el avión a su sede central en el aeropuerto de Essen-Mülheim, a unos cincuenta kilómetros de distancia.

La operación de transporte requería, en primer lugar, desmontar las piezas del avión y, a continuación, esas piezas tenían que manipularse, cargarse en un camión y transportarse a un nuevo destino.

En estas fases fue donde desempeñó un papel fundamental la grúa F455A, propiedad de la empresa alemana Auto-Obermann con sede en Mülheim y especializada en el alquiler de equipamiento para trabajos pesados de elevación y transporte.

Operaciones de desmontaje y manejo

El avión, fabricado principalmente con aluminio, se desmontó completamente: secciones de la cola, flaps de las alas, la hélice, las partes del chasis, asientos de los pilotos, carenado del motor y los motores radiales de 9 cilindros.

La manipulación de la sección central del JU 52 y las alas requería la intervención de la grúa Fassi.

«Las grúas Fassi italianas han demostrado durante años su valor para nuestra empresa», explica el director júnior Nick Obermann, que en esta ocasión condujo el camión Renault Premium de 4 ejes en el que está montada la grúa. «Estas máquinas nos entusiasman, tanto por su potencia de elevación como por su versatilidad».

La potencia y la versatilidad de la grúa Fassi eran justo lo que necesitábamos dentro del hangar Hugo Junkers. La primera operación implicaba la elevación y el transporte de las dos alas de 3,80 m de ancho desde el hangar hasta el remolque en el exterior.

El hangar era bastante bajo y la grúa tuvo que trabajar con un ángulo negativo de aproximación entre el brazo de elevación y el brazo principal.

Obermann en persona gestionó e hizo el seguimiento de las maniobras a través del radiocomando V7.

El fuselaje, de aproximadamente 14 m de largo, fue la primera parte que se sacó, con una estructura auxiliar, y a continuación la grúa lo levantó y lo colocó en su remolque específico.

Se necesitaron tres semirremolques para transportar el avión. Cuando llegaron al destino, las piezas se colocaron en el hangar WDL Luftschiffgesellschaft, que se transformó para la ocasión en un taller temporal para la reconstrucción de la «Tía JU».

«Esta tarea ha sido muy especial para nosotros», explica Kreutzer, el director de operaciones que, junto con Dirk Obermann, organizó el transporte. «Prácticamente todos los miembros del equipo de Obermann sabían con exactitud qué significa la combinación de letras y números J-U-5-2. Sin embargo, solo unos pocos habían visto el avión en persona, aunque nunca desmontado en piezas».

 

 

De Redazione Fassi
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